Se espera que miles de activistas de todo el mundo lleguen a Egipto este jueves para una “Marcha global a Gaza”, un movimiento que busca romper el bloqueo israelí que ha llevado al territorio al borde de la hambruna.
Unos 4.000 voluntarios de más de 80 países se unirán a la protesta, según los organizadores. Aterrizarán en El Cairo, tomarán autobuses hasta la ciudad de Arish, en el norte del Sinaí, y luego marcharán unos 48 kilómetros a través de la península desértica hasta el lado egipcio de la frontera con Gaza, en Rafah. Los organizadores informaron a CNN que los activistas dormirán en tiendas de campaña a lo largo de la ruta y se espera que lleguen a la frontera este viernes, pero no tienen previsto entrar en el enclave devastado por la guerra.
La marcha coloca a Egipto en una posición incómoda, en un momento en que intenta equilibrar sus vínculos con Israel y Estados Unidos con su condena pública al brutal impacto de la guerra en la población civil de Gaza.
El Cairo, mediador clave con canales directos tanto con Hamas como con Israel, se ha mostrado receloso de que el conflicto se extienda a su territorio. Ha mantenido su lado del cruce de Rafah cerrado a los palestinos, incluso mientras la indignación por las acciones de Israel sigue aumentando en el país.
En una declaración de este miércoles, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, dijo que espera que el gobierno egipcio “impida la llegada de manifestantes yihadistas a la frontera entre Egipto e Israel y no les permita realizar provocaciones e intentar entrar en Gaza”.
Esto “pondrá en peligro la seguridad de los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y no lo permitiremos”, añadió Katz.
A los activistas internacionales se les unirá otro convoy de 2.000 manifestantes procedentes de Túnez. Este grupo llegó a Libia, país vecino de Egipto, el miércoles, según informaron los organizadores.
Entre quienes se unen a la marcha se encuentran Nkosi Zwelivelile Mandela, exlegislador sudafricano y nieto de Nelson Mandela, y Hala Rharrit, exdiplomática del Departamento de Estado de EE.UU. que renunció a su cargo en el gobierno estadounidense durante la istración de Biden debido al manejo de Washington de la guerra de Gaza.
“Esta es solo una herramienta más, otra forma para que la gente alce la voz y haga saber a los gobiernos que no estamos contentos”, declaró a CNN Uzma Usmani, responsable de patrocinio y logística de la delegación británica de la marcha. “Necesitamos tomar las riendas, concienciar y presionar a los distintos gobiernos para que actúen”, añadió.
A medida que la guerra de Israel en Gaza entra en su mes número 21, activistas internacionales de alto perfil se están volviendo cada vez más activos en su intento de romper el asedio.
Este lunes, Israel interceptó un barco de ayuda con destino a Gaza, detuvo a sus pasajeros y los llevó a Israel.
Entre los activistas a bordo se encontraban la activista sueca por el clima y los derechos humanos Greta Thunberg y la integrante sa del Parlamento Europeo Rima Hassan.
Israel impuso un bloqueo humanitario total a Gaza el 2 de marzo, cortando alimentos, suministros médicos y otra ayuda a los más de 2 millones de palestinos en el territorio durante 11 semanas.

Ante la creciente presión internacional, comenzó a permitir un flujo de ayuda a finales de mayo. Sin embargo, las organizaciones humanitarias afirman que es solo una fracción de la ayuda que entraba al enclave antes de la guerra.
Los organizadores de la Marcha global a Gaza han dicho que se han puesto en o con las autoridades egipcias para informarles de sus planes y solicitarles cooperación y protección, pero no han recibido respuesta.
El Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio dijo en un comunicado que los activistas deben obtener permisos antes de su llegada a El Cairo.
“Egipto enfatiza la importancia de adherirse a estas medidas regulatorias establecidas para garantizar la seguridad de las delegaciones visitantes debido a las delicadas condiciones de seguridad en esta zona fronteriza desde el inicio de la crisis en Gaza”, declaró el ministerio, y agregó que “no se considerará ni se responderá ninguna solicitud o invitación que se presente fuera del marco especificado por las disposiciones regulatorias”.
Los organizadores dijeron que siguieron “todos los protocolos requeridos detallados en esta declaración”.
El miércoles le dijeron a CNN que algunos activistas han sufrido acoso y han sido detenidos al llegar a la capital egipcia. Dijeron que temen ser deportados.
Este jueves, los organizadores dijeron que 170 personas enfrentan actualmente retrasos y deportaciones en el aeropuerto de El Cairo, pero que miles de participantes ya están en Egipto y están decididos a continuar su marcha.
CNN se ha puesto en o con el centro de prensa de medios extranjeros y el Ministerio de Asuntos Exteriores para solicitar comentarios sobre esas acusaciones.
Rharrit, exfuncionario del Departamento de Estado, le dijo a CNN: “Los niños se mueren de hambre y, en este momento, lo único que siento que puedo hacer es actuar”.
“Ya no es solo momento de hablar. Necesitamos acción, y lo vimos con la flotilla (Madleen)”, declaró a Becky Anderson de CNN esta semana. “Esta es la humanidad diciendo ‘basta, que entre la comida’”.
Las autoridades egipcias “no tienen motivos para no apoyar esta marcha”, afirmó Rharrit, y añadió que las delegaciones de todo el mundo habían informado a las embajadas egipcias de su plan con mucha antelación.
“Se han celebrado reuniones con embajadores egipcios. Las autoridades egipcias no han dicho que no”, dijo, y añadió que la marcha está “en consonancia con todo lo que Egipto ha estado intentando hacer diplomáticamente”.
Oren Liebermann de CNN colaboró con este informe.