El presidente Donald Trump afirmó que no fue decisión suya traer a Kilmar Ábrego García de vuelta a Estados Unidos para que se enfrentara a cargos penales federales, sino del Departamento de Justicia.
“El Departamento de Justicia decidió hacerlo así, y está bien”, dijo Trump en una entrevista telefónica con NBC. “No fue mi decisión”, añadió.
Trump también dijo que suponía que sería “un caso muy fácil” para los fiscales federales.
Ayer, en el Air Force One, Trump se negó a comentar si fue suya la decisión de traerlo de vuelta.
Como informaron Priscilla Álvarez y Kaitlan Collins de CNN, la Casa Blanca aprobó la decisión de devolver a Ábrego García a Estados Unidos, según fuentes familiarizadas con el asunto.
Trump aseguró a NBC que no habló con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, sobre el regreso de Ábrego García a Estados Unidos.
Cargos contra Ábrego García
Ábrego García, que fue deportado por error a El Salvador en marzo, regresó a Estados Unidos esta semana para enfrentarse a cargos penales federales, entre los que se incluyen dos acusaciones en el Distrito Medio de Tennessee: conspiración para transportar ilegalmente a extranjeros indocumentados con fines lucrativos y transporte ilegal de extranjeros indocumentados con fines lucrativos.
El director interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), Todd Lyons, afirmó este sábado que Kilmar Ábrego García volverá a ser deportado de Estados Unidos tras enfrentar los cargos.
“Después de su sentencia, después de que se le haya garantizado el debido proceso y se hayan presentado estos cargos por tráfico de personas, en función de su condena y del resultado de ese caso, será enviado de regreso y deportado de Estados Unidos, y la orden del juez se verá afectada”, afirmó Lyons en Fox News.
La acusación formal revelada el viernes por la tarde indica que Ábrego García y otros serían responsables de participar en una conspiración en los últimos años en la que “transportaron de forma consciente e ilegal a miles de extranjeros indocumentados que no tenían autorización para estar en Estados Unidos, muchos de los cuales eran y asociados de la MS-13”.
Ábrego García y su familia afirman que huyó de la violencia de las pandillas en El Salvador y han negado las acusaciones de que esté asociado con la MS-13.
El regreso de Ábrego a EE.UU. fue un acontecimiento extraordinario en un caso que ha llegado a definir las políticas migratorias de línea dura del presidente y un sorprendente cambio de postura de la istración Trump, que había mantenido que no regresaría al país.
Al inicio de la batalla legal, hace casi tres meses, ambas partes coincidieron en que la deportación de Ábrego García a El Salvador —y su posterior encarcelamiento en la infame megaprisión del país— fue un error. En 2019, un juez de inmigración le otorgó a Ábrego García la suspensión de la deportación, lo que significa que no podía ser deportado a El Salvador por temor a persecución.
Un alto funcionario de ICE calificó su deportación como un “error istrativo” en una declaración judicial emitida en marzo, lo que aparentemente marca la primera vez que el Gobierno itía un error en los controvertidos vuelos a El Salvador que resultaron en la detención de cientos de migrantes en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot).
Sin embargo, funcionarios de la istración Trump abandonaron públicamente esa postura y calificaron a Ábrego García de “terrorista”, alegando que es miembro de la MS-13, organización que Estados Unidos ha designado como terrorista. Sus abogados y familiares sostienen que no era miembro de la MS-13 y han argumentado que aún tiene derecho al debido proceso.
En una entrevista con ABC News en abril, el presidente Donald Trump reconoció que podía lograr el regreso de Ábrego García, contradiciendo declaraciones previas suyas y de sus principales asesores, quienes dijeron que Estados Unidos no tenía la capacidad de devolver a Ábrego García porque se encontraba bajo custodia de un Gobierno extranjero.
Cuando Terry Moran, de ABC, le preguntó por qué no podía simplemente llamar y asegurar el regreso de Ábrego García, Trump respondió: “Y si fuera el caballero que usted dice que es, lo haría. Pero no lo es”. El presidente continuó acusando a Ábrego García de ser miembro de la MS-13, señalando sus tatuajes, que, según los expertos, no constituyen por sí mismos una prueba de que sea miembro de una pandilla.
Y pocos días después, la Casa Blanca y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dejaron claro durante una reunión en el Despacho Oval que Ábrego García no sería devuelto a Estados Unidos.
Casi tres meses después de su deportación, Ábrego García regresó este viernes a Estados Unidos.
Funcionarios de la istración Trump señalaron los cargos federales como una justificación para expulsar a Ábrego García de Estados Unidos.
Mientras tanto, Simon Sandoval-Moshenberg, abogado de Ábrego García, acusó a la istración Trump de manipular el sistema legal y dijo que su cliente debería comparecer ante un tribunal de inmigración, no ante un tribunal penal.
“El Gobierno hizo desaparecer a Kilmar y lo envió a una prisión extranjera, violando una orden judicial. Ahora, tras meses de demora y secretismo, lo traen de regreso, no para corregir su error, sino para procesarlo. Esto demuestra que siempre estuvieron manipulando a la corte”, declaró Sandoval-Moshenberg a CNN. “El debido proceso significa la oportunidad de defenderse antes de ser castigado, no después. Esto es un abuso de poder, no justicia”.
Ábrego García permanecerá detenido durante al menos una semana, seguida de una audiencia de lectura de cargos y detención, informó Associated Press.
Priscilla Alvarez y Shania Shelton, de CNN, contribuyeron a este reporte.