Donald Trump comenzó su segundo mandato como presidente aumentando la presión sobre Panamá, amenazando con “recuperar” el Canal de Panamá y acusando al país de ceder el control de la vía acuática crítica a un rival de Estados Unidos: China.
“Por encima de todo, China está operando el Canal de Panamá. Y nosotros no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá y lo estamos recuperando”, afirmó Trump en su discurso de investidura el mes pasado.
No hay pruebas de que China controle el canal, gestionado por una autoridad independiente nombrada por el Gobierno panameño. Beijing negó en repetidas ocasiones que haya interferido en las operaciones del canal.
Pero la preocupación estadounidense se produce cuando la Casa Blanca de Trump busca apuntalar la seguridad nacional, especialmente en su propio vecindario, y ganar una competencia económica con China.
En el centro de los argumentos de Trump se encuentra una empresa con sede en Hong Kong que opera dos puertos clave en cada extremo de la vía navegable de 80 kilómetros de largo; y preocupaciones más amplias sobre la creciente influencia de Beijing en una región del mundo donde Estados Unidos fue durante mucho tiempo la potencia dominante.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, afirmó que la soberanía de Panamá sobre el canal no está en discusión, pero el país hizo otras concesiones a la presión estadounidense.
Tras una reunión con el alto diplomático estadounidense Marco Rubio el pasado domingo, Mulino dijo que Panamá abandonaría el programa chino de infraestructuras “cinturón y ruta”, un duro golpe para Beijing, que había celebrado que Panamá fuera el primer país de América Latina en unirse al programa.
El mes pasado, las autoridades panameñas también iniciaron una auditoría de la empresa propiedad de Hong Kong que opera dos puertos en ambos extremos del canal.

Las empresas chinas están cada vez más en el punto de mira de las preocupaciones de Washington en materia de seguridad nacional. La aplicación de propiedad china TikTok y el gigante de las telecomunicaciones Huawei fueron algunas de las empresas privadas sometidas a un intenso escrutinio en Washington por la preocupación de que, en última instancia, estén en deuda con Beijing, a pesar de sus negativas.
Esto es lo que hay que saber sobre la implicación de China en el canal estratégico.

¿Tiene China presencia en el canal de Panamá?
La principal preocupación de la istración Trump se encuentra en ambos extremos de la vía acuática, donde dos de los cinco puertos que dan servicio al canal son operados por Panama Ports Company (PPC), parte de un operador portuario propiedad del conglomerado con sede en Hong Kong, CK Hutchison Holdings.
Con sede en un reluciente rascacielos del centro de Hong Kong, CK Hutchison es una empresa que cotiza en bolsa y uno de los mayores operadores portuarios del mundo, con 53 puertos en 24 países. Obtuvo por primera vez la concesión de los dos puertos del Canal de Panamá en 1997, cuando Panamá y EE.UU. istraban conjuntamente el canal. La concesión se renovó en 2021 por otros 25 años.
Rubio, antes de su visita a Panamá, dijo que el hecho de que empresas con sede en Hong Kong “tengan el control de los puntos de entrada y salida” del canal es “completamente inaceptable”.
Hong Kong, que fue devuelta por Gran Bretaña a China en 1997, se supone que tiene un alto nivel de autonomía respecto a la China continental, pero Beijing reforzó drásticamente su control sobre la ciudad en los últimos años tras las protestas generalizadas a favor de la democracia.
“Si hay un conflicto y China les dice: hagan todo lo posible por obstruir el canal para que EE.UU. no pueda dedicarse al comercio, para que la flota militar y naval de EE.UU. no pueda llegar al Indo-Pacífico lo suficientemente rápido, tendrían que hacerlo”, dijo Rubio en una entrevista con la periodista Megyn Kelly, sin nombrar directamente a la empresa.
Sin embargo, el operador PPC, propiedad de Hong Kong, no controla el al Canal de Panamá.
Los trabajadores de sus dos puertos cargan y descargan contenedores en los barcos y les suministran combustible, mientras que el canal en sí es operado por la Autoridad del Canal de Panamá, según informó previamente CNN. Los barcos que transitan por el canal deben ser pilotados por capitanes locales empleados por la autoridad.
CNN se puso en o con CK Hutchison para que haga comentarios. En una reciente declaración en las redes sociales, PPC afirmó que es el único operador portuario del canal en el que el Estado panameño es accionista. Añadió que más del 99% de su plantilla era panameña.

Los puertos de Hutchison no son las únicas empresas vinculadas a China que participan en la infraestructura del canal.
Un consorcio formado por las empresas estatales China Harbour Engineering Company y China Communications Construction Company se adjudicó el contrato para construir un puente de carretera sobre el canal de US$ 1.400 millones para facilitar el tráfico en la ciudad de Panamá.
Mientras tanto, la empresa estatal COSCO Shipping es uno de los principales clientes del canal, con casi 300 de sus buques de carga navegando por la vía navegable cada año, incluidos portacontenedores, graneleros secos y petroleros, según datos de la compañía de 2018.
¿Otorga eso a China el control sobre el canal?
No hay pruebas de que el Gobierno chino controle el canal o de actividad militar china en Panamá, dicen los expertos.
Pero la preocupación de las autoridades estadounidenses se produce en medio de un escrutinio mundial de los esfuerzos de Beijing por construir o asegurarse el a puertos comerciales en todo el mundo, lo que también podría beneficiar a la creciente Armada china.
En lo que respecta al Canal de Panamá, algunos expertos dicen que la participación de empresas chinas en el canal y su infraestructura podría darle a Beijing influencia, tanto en términos de ventaja comercial como en caso de un posible conflicto futuro con Estados Unidos.
Rubio se refirió a esta preocupación durante una audiencia de confirmación para su cargo en enero, diciendo que una “potencia extranjera” posee la capacidad, a través de sus empresas, “de convertir el canal en un punto de estrangulamiento en un momento de conflicto”.
El riesgo estratégico desde el punto de vista militar es que cuantos más activos comerciales estén vinculados a China en torno al canal, más opciones tendrá Beijing de bloquear a EE.UU. el transporte de equipos militares a través de la vía navegable en caso de conflicto entre ambos, según R. Evan Ellis, profesor investigador de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de EE.UU.
“Todas estas operaciones, y las relaciones con la Autoridad del Canal de Panamá… más el conocimiento técnico que se obtiene como operador regular del canal básicamente multiplica las posibilidades de que si usted es (China) y quiere cerrar el canal en un momento de conflicto, hay mil maneras de hacerlo”, dijo, señalando acciones como atacar los sistemas de control de esclusas o bloquear físicamente la vía acuática. “Su presencia física, su influencia y sus conocimientos técnicos (…) nos dificultarían la defensa”.
El presidente de la Comisión Marítima Federal, Louis Sola, declaró la semana pasada ante el Congreso que EE.UU. también debe protegerse contra “cualquier esfuerzo de otros intereses en Panamá para disminuir la independencia o profesionalidad de la Autoridad (del Canal de Panamá)”.
Un tratado de 1977 que establece la devolución del canal de EE.UU. a Panamá exige que el canal permanezca neutral y permite a EE.UU. intervenir militarmente si las operaciones de la vía acuática se ven perturbadas por un conflicto interno o por una potencia extranjera.
Sin embargo, algunos observadores ven poca o limitada influencia de China en la actualidad.

Estados Unidos está tan firmemente establecido como socio “preeminente” de Panamá que cualquier influencia sobre las mercancías que pasan por el canal a la que China pudiera aspirar reforzando sus lazos con el país es “limitada en el mejor de los casos”, según Brian Wong, profesor del Centro sobre la China Contemporánea y el Mundo de la Universidad de Hong Kong.
Y Vincent Clerc, consejero delegado del gigante mundial del transporte marítimo Maersk, declaró este jueves a Anna Stewart, de CNN, que las operaciones en el canal “se vieron más afectadas por la falta de lluvias… que por los chinos”.
¿Qué tipo de relación tiene China con Panamá?
Una visita de Estado en 2018 del líder chino Xi Jinping al país de aproximadamente 5 millones de habitantes subrayó cuánto énfasis puso Beijing –un importante exportador mundial– en la construcción de sus lazos con el país estratégicamente vital.
Entonces, los países firmaron unos 19 acuerdos para colaborar en comercio, infraestructuras, banca y turismo, mientras Xi declaraba que sus relaciones habían “abierto un nuevo capítulo”.

Ciertamente, así fue entonces. China y Panamá solo establecieron lazos diplomáticos un año antes, después de que Panamá dejara de reconocer a Taiwán como gobierno de China. Ese mismo año, Panamá se convirtió en el primer país de América Latina en unirse a la emblemática iniciativa de desarrollo de infraestructuras globales cinturón y ruta de Xi.
Estos cambios vinieron acompañados de una avalancha de ofertas de empresas chinas para construir e invertir en proyectos que iban desde una terminal de contenedores de US$ 1.000 millones hasta un tren de alta velocidad. Ambos proyectos acabaron fracasando, ya que el cambio en el liderazgo de Panamá supuso un mayor escrutinio de tales planes y la preocupación de Estados Unidos impulsó una mayor cautela.
Pero las empresas chinas también han tenido éxito.
El año pasado se inauguró una terminal de cruceros construido por China, mientras que las empresas chinas también tienen una presencia significativa en las zonas especiales de comercio cerca de Colón y Panamá Pacífico, dicen los expertos. El gigante chino de las telecomunicaciones Huawei abrió en 2015 una gran instalación de distribución de sus sistemas electrónicos desde una de esas zonas.
La decisión de Mulino de no seguir participando en la iniciativa de cinturón y ruta puede señalar una nueva etapa de escrutinio sobre la presencia de China en el país. Pero algunos observadores afirman que Beijing podría no inmutarse.
“China seguirá invirtiendo en Panamá si la nación centroamericana necesita el dinero, y China seguirá comerciando con Panamá”, dijo Jiang Shixue, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Shanghái. La decisión de Panamá simplemente señalará a Beijing que “la presión estadounidense es muy grande”, añadió.
Mientras tanto, hay indicios de que si bien China tiene interés en ampliar su huella en el país, puede tener otros objetivos, en lugares con menos resistencia potencial.
“El control de puntos de estrangulamiento estratégicos como el Canal de Panamá está probablemente entre los objetivos de China”, dijo Will Freeman, Fellow de estudios sobre América Latina en el Council on Foreign Relations de Nueva York.
“Pero queda empequeñecido en importancia por un proyecto como Chancay, el nuevo megapuerto peruano que acelerará el comercio entre Sudamérica y China”.