Mientras Elon Musk y sus asociados del Departamento de Eficiencia Gubernamental avanzan a toda velocidad por el gobierno federal, los exempleados de Twitter (ahora X) conocen bien de qué va esto.
Musk parece estar llevando su libro de jugadas de adquisición de Twitter al sector público y, al igual que hizo en la empresa de las redes sociales, sus movimientos están causando caos y confusión entre los trabajadores federales.
El hombre más rico del mundo ha intentado reducir costos y destruir departamentos enteros, incluso participando en un correo electrónico de ultimátum a los trabajadores federales con el mismo asunto: “Fork in the road” (Una bifurcación en el camino), que hace más de dos años encabezó un correo electrónico en el que se pedía al personal de Twitter que se comprometiera a trabajar “extremadamente duro” bajo el nuevo liderazgo de Musk o que renunciara.
Las consecuencias esta vez son potencialmente mucho más graves: Twitter es una plataforma de las redes sociales; el gobierno federal tiene un impacto directo en las vidas de miles de millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo. Pero la adquisición de Twitter por parte de Musk podría presagiar lo que podría suceder a continuación con los trabajadores del gobierno estadounidense.
Musk, DOGE y X no respondieron a las solicitudes de comentarios para este artículo.
Cortar hasta la médula
Al igual que hizo cuando se hizo cargo de Twitter, Musk ha enmarcado sus acciones dentro del gobierno federal en términos extremos, como necesarias para reducir el gasto innecesario y salvar la democracia.
Pero un antiguo empleado de alto rango de Twitter, que trabajó mucho con Musk antes de dejar la empresa, dijo a CNN que las medidas también están en consonancia con el “algoritmo que básicamente promociona como sus… claves para el éxito en cualquier cosa”.
“Básicamente, cuestiona todos los requisitos, asume que todos los requisitos que te ponga alguien son tontos. Cuestiónalos, elimínalos siempre que sea posible”, dijeron. “Recuerdo que me dijo directamente: ‘Si no estás añadiendo cosas después, entonces no estabas recortando lo suficiente para empezar’”.
Dos exempleados de Twitter pidieron no ser identificados para poder hablar libremente sobre su paso por la empresa y evitar posibles represalias por parte de Musk.
A las pocas horas de adquirir Twitter, Musk había despedido a sus principales ejecutivos; en cuestión de días, había despedido a unos 3.500 empleados, alrededor del 50 % de la plantilla total de la empresa. Al final, recortó el 80 % de la plantilla de Twitter, exigió que todos volvieran a la oficina y, a menudo, obligó a los empleados a trabajar muchas más de 40 horas a la semana.
El DOGE de Musk, con el objetivo de recortar potencialmente billones de dólares del presupuesto federal, está realizando recortes similares en todo el gobierno: la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) parece estar en proceso de cierre; dos fuentes dijeron a CNN que la Oficina de istración de Personal recibió instrucciones de prepararse para recortar eventualmente hasta un 70 % de su plantilla; y se ordenó a la istración de Servicios Generales que presentara propuestas para recortar el 50 % de los gastos comerciales, según múltiples fuentes con conocimiento de la situación.
“Elon parece pensar que ahora ha comprado al gobierno federal y está repitiendo la misma serie de acciones” que hizo en Twitter, dijo Shannon Liss-Riordan, una abogada que representa a miles de exempleados de Twitter que emprendieron procedimientos legales contra la empresa tras la adquisición de Musk.
El ultimátum
A los empleados del gobierno federal se les ha dicho que ahora tienen hasta el jueves para decidir si permanecen en sus puestos y aceptan las nuevas demandas del Gobierno de Trump, que incluyen ser “confiables, leales y dignos de confianza”, o si renuncian y aceptan ser indemnizados que les paga hasta septiembre. Pero si aceptan el trato, es posible que no puedan contar con el dinero.
“No está claro si el presidente tiene autoridad para garantizar eso, dado que el Congreso no ha autorizado la financiación federal hasta septiembre, y que es probable que algunos grupos conservadores presenten recursos legales que podrían cuestionar que el Gobierno siga pagando a empleados que no están trabajando”, dijo Liss-Riordan, y añadió que ya ha tenido audiencia con trabajadores federales que tienen dudas sobre la legalidad de la oferta.
También se espera que los empleados federales trabajen, en lugar de buscar nuevos empleos, hasta esa fecha de septiembre. La carta de renuncia que se ha pedido a los empleados del Gobierno federal que firmen dice: “Ayudaré a mi agencia empleadora a completar las tareas y procesos razonables y habituales para facilitar mi salida”. Y los trabajadores pueden enfrentarse a obstáculos legales para conseguir otros empleos mientras siguen en la nómina del gobierno.
Miles de exempleados de Twitter emprendieron acciones legales contra la empresa tras los despidos de Musk, alegando que se les prometieron mayores indemnizaciones por despido de las que se les concedieron, la mayoría de las cuales aún están en los tribunales o en procedimientos legales confidenciales. X ha decidido tramitar muchas de las reclamaciones en arbitraje privado o desestimarlas directamente, según muestran los documentos judiciales.
Pero para los empleados federales, “desafortunadamente, es muy difícil demandar al Gobierno federal”, dijo Liss-Riordan.
“Estoy dando un consejo similar al que di a los empleados que acudieron a mí cuando se envió el correo electrónico de la ‘bifurcación en el camino’ a los empleados de Twitter, que es que tienes que decidir qué es lo mejor para ti, y no hay forma de predecir exactamente cómo va a salir esto”, dijo.
“Esta es una oportunidad poco común y generosa, una que fue examinada a fondo y diseñada intencionadamente para apoyar a los empleados a través de la reestructuración”, dijo en un comunicado la portavoz de la OPM, McLaurine Pinover. Añadió que los empleados que acepten la oferta serán puestos en baja istrativa y no se espera que continúen trabajando durante la mayor parte del período, mientras se les paga hasta septiembre.
Un memorándum publicado por los líderes de la OPM el martes también señalaba: “Si el Gobierno se retractara de sus compromisos, un empleado tendría derecho a solicitar la rescisión de su renuncia”.
Como elefante en cristalería
Musk ha estado implementando los recortes de DOGE durante menos de un mes y ya hay varias demandas presentadas por las acciones del grupo, cuestionando la legalidad de todo, desde el cierre de una agencia entera hasta si los datos personales de millones de empleados están siendo protegidos adecuadamente.
Pero los antiguos empleados de Twitter dicen que Musk ve las leyes, regulaciones y procedimientos como obstáculos innecesarios que deben ser ignorados.
“Elon piensa que todo eso [las leyes y los reglamentos] es, francamente, una m****a, y que solo están ahí para acosar”, dijo el ex alto directivo.
“Los reglamentos, básicamente, deberían desaparecer por defecto”, dijo Musk durante una conversación en X spaces la semana pasada. “No existir por defecto, sino desaparecer por defecto. Y si resulta que nos hemos saltado un reglamento, siempre podemos volver a añadirlo”.
Por ejemplo, en un incidente infame, el multimillonario obligó inesperadamente a un equipo de Twitter a desconectar uno de los centros de datos de la empresa para ahorrar costos en Nochebuena de 2022. Según el exempleado sénior, la mejor práctica habría sido borrar los servidores por razones de privacidad de datos, pero no lo hicieron.
“Cuando íbamos a cerrar este centro de datos, la gente del equipo del centro de datos trabajó con él y básicamente le dijeron: ‘Mira, si queremos hacer esto y hacerlo de forma segura, va a llevar… como seis u ocho meses’”, dijo el exempleado sénior. “(Musk) dijo: ‘Ah, que se j***n’”.
Los antiguos empleados de Twitter dijeron que, aunque las declaraciones y los cambios de Musk pueden ser disruptivos, no siempre son inamovibles y pueden resultar contraproducentes.
A algunos del personal que habían dimitido o habían sido despedidos se les pidió que regresaran, según dijeron antiguos empleados, ya que la empresa se dio cuenta de que se habían perdido valiosas habilidades y experiencia.
En los meses posteriores al cierre del centro de datos de Twitter casi de la noche a la mañana, la plataforma sufrió numerosas interrupciones importantes y fallos técnicos. Aunque la plataforma se ha estabilizado en gran medida, sigue siendo propensa a los enredos, como los famosos colapsos masivos que retrasaron las entrevistas en vivo en X entre Musk y los candidatos presidenciales, incluido Trump y el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis.
“Musk lidera como un elefante en una cristalería que, por la mera fuerza de sus deseos, su impulsividad y su voluntad, intenta hacer algo muy audaz y disruptivo de inmediato”, dijo a CNN un exgerente de Twitter que dejó la empresa el año en que Musk asumió el control. Pero “la fanfarronería y la disrupción que lidera desde el principio a menudo no es el final de la historia… No puedes perder de vista los medios institucionales que tienes para hacer retroceder parte de esta disrupción, incluso si avanza más lentamente”.
De hecho, ha habido ejemplos de Musk adoptando una postura pública firme sobre un tema, solo para cambiar de rumbo después de enfrentarse a la resistencia.
En los últimos años, la Corte Suprema de Brasil ordenó a X que bloqueara una serie de cuentas, en su mayoría pertenecientes a partidarios políticos del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que, según dijo, contenían discursos de odio.
Musk se opuso firmemente a la solicitud, alegando que X cerraría sus operaciones y despediría a su personal en Brasil, calificando la orden de censura y al juez que la emitió de “dictador malvado”. Pero finalmente, tras un cierre de tres semanas de la plataforma en Brasil, X accedió a las demandas del Gobierno para ser restablecida.
“Muchas veces, el resultado real de estas situaciones tan dramáticas, pueden ocurrir semanas y meses después, pero la realidad de lo que sale a la luz muy discretamente es bastante diferente de lo que Musk quería en un principio”, dijo el exgerente.
Consejos
Los antiguos empleados de Twitter ofrecen ahora consejos a los trabajadores del Gobierno federal sobre cómo desenvolverse bajo el liderazgo de Musk, desde consejos prácticos, como llevar un registro de los cambios o comunicarse de forma segura a través de plataformas encriptadas como Signal, hasta orientación más personal sobre cómo atravesar una situación tan convulsa.
“Como alguien que pasó por un episodio inquietantemente similar de adquisición hostil que también se desarrolló en público en tiempo real, quiero decirles a todos los trabajadores federales: ‘Siento mucho que les esté pasando esto, sé cómo se siente’”, escribió en X Yao Yue, exingeniera principal de software de Twitter.
Añadió: “No obedezcas sin cuestionar, no te rindas de entrada. Encuentra pequeñas rutinas que te anclen y te hagan sentir en control, aunque sea por unos momentos cada día”.
Para los trabajadores del Gobierno federal que ahora podrían estar buscando preservar el trabajo que les importa, el exempleado sénior dijo que a Musk “le gusta cuando la gente se refiere a las cosas de forma positiva. No le gusta escuchar las cosas negativas. Por lo general, no es fanático de los adjetivos cuando te comunicas con él”.
Pero, el antiguo empleado de alto rango hizo la siguiente advertencia: “Si alguien te pide que hagas algo que está más allá de lo aceptable, asegúrate de que tienes claro que, oye, no es así como se supone que debe funcionar. Porque al final, a ellos no les importa, van a tomar el camino más rápido hacia algo”.